viernes, 2 de julio de 2010
Adormecimiento
No se si sea cíclico. Quiero pensar que es de esa forma. Quieron pensar que estoy por salir de este letargo insoportable que me acusa. No hay trazas de vida en las alforjas, cúando es que me he tomado las últimas gotas de esa bebida mágica. Me sabe mal pensar y que no se asome por ni por un instante una pizca de mi. Un algo me adormece el pensamiento y me abandono. Y me encabrona no saber de donde viene esta absurda desidia. Algo simple se vuelve imposible y lo complicado no me atrevo a pensarlo. Yo recuerdo haber hablado de esto en una pulquería, o en un botanero o algún bar, lugares donde normalmente viven estos deseos muertos. Recuerdo haber dicho que este mar iba a ir calmandose y hay de mi si eso ocurría. No quería que me pasara como suele sucederle a las personas que rememoran su pasado sin atrverse a continuar creando un gran pasado mejor al que recuerdan. Me recuerdo como un rey perdido, de esos que son consumidos en la historia interminable. Como los niños perdidos cuando abandonan Nunca Jamás. No me siento perdido sino falto de recuerdos, falto de palabra, deseando una estable e incongruente vida cotidiana. Pero quizá el sentido de las cosas este justo ahí, en descubrir lo irrepetible, lo oculto, los instantes que te hacen sentir placer en la monotonía.
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Colakvio
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