En la montaña del manantial del dragón, nos encontramos con una planicie serena, llena de estas plantas algodonadas. Pinos y otros árboles con una corteza acartonada muy suave, rodeaban la luminosa planicie; Invadimos ese silencio, nos bañamos de ese viento y de una luz muy blanca, brillante, y respiramos ese aire fresco, frío, ese aire de bosque profundo.