jueves, 27 de agosto de 2015
Kotadeniyawa
Llegamos a Pettah cerca de las tres de la tarde, preguntamos y encontramos el camión, la parada del bus número cinco, rojo, de esos que van parando cada tres minutos. Tardamos dos horas y media en llegar. El sol ya se ponía con un rojo magenta, palmeras altas nos rodeaban y formaban el paisaje, Govinda después nos diría que tienen más de 70 años y Siva lo confirmaría. Árboles sabios, magníficos, el coco tan vital para este país y tan desperdiciado en México. Nos perdimos pero conocimos a Danuka, a su madre y a su hermana con la que después iríamos al río a bañarnos y nos comentaría que el próximo año se va a casar con un chico que trabaja con caballos en Dubai. Dubai is very nice, a lot of big building, very nice, nos dice con una sonrisa de media luna. En fin Danuka y su madre nos llevaron a la plantación con Feisal y Jane. Abrimos la reja amarilla, y entramos con el tuk tuk, pasamos por árboles de teca, palmeras, mangos, tamarindos y llegamos a su casa holandesa de hace doscientos años. Nos salió a recibir Govinda, moreno, pelo corto, serio, fuerte, amable 31 años, a los 16 llegó a la plantación, lo trajo su tío. Al llegar a la baranda Jane nos ofreció té, nos sentamos y nos platicó un poco de su vida como fotógrafa y de su vida en la plantación. Siempre con los ojos ceñidos, pensando, hablando como si estuviera escribiendo un cuento o una novela o poesía, o quizá simplemente así es como pasan las cosas, con esas mismas palabras tan bien escogidas.
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De los días cotidianos,
idas y venidas,
Los zapatos del perro
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Colakvio
lunes, 10 de agosto de 2015
Rincones
Cielo intenso,
azul de mar furioso,
nubes pasajeras densas, sin esquinas,
quietas por aquí, por allá,
en un paisaje interminable.
Las estrellas a lo lejos viven,
luciérnagas humildes sonríen en la noche,
silencio nocturno.
mis párpados tocándose suavemente.
el viento me recuerda la piel,
la espuma brotando en el mar,
felicidad efervescente.
Soledades interminables como el horizonte.
luciérnagas humildes sonríen en la noche,
silencio nocturno.
mis párpados tocándose suavemente.
el viento me recuerda la piel,
la espuma brotando en el mar,
felicidad efervescente.
Soledades interminables como el horizonte.
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Moleskier
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Colakvio
domingo, 9 de agosto de 2015
Contagio de poesía
Nos pregunta constantemente si podemos escribir poesía, aunque nos dice que a ella le aburre. Hoy llegó con otro poema, y todos los días nos lee uno nuevo, pequeño, cotidiano, quizá, pero como ella misma aclara, it's beautiful because it puts you in the image and you can't forget about it. Anyway yesterday she asked me if I can write a poem about my wife's father, and I say I can't because I haven't wrote poetry before. But probably she is right if you think about it, you can say many sensitive and powerful things in a couple of lines.
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deletite inesperado,
girando la piedra,
Moleskier
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Colakvio
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