Me comentó un día que lo hacía porque odiaba estar sola. Normalmente se pasaba los días encerrada en casa sin salir. No tenía nada que hacer. La mayoría de las veces se conectaba a internet, actualizaba su facebook y esperaba a que sus "amigos" comentaran su estado. Necesito companía, solamente eso y tú necesitas un lugar donde dormir. Me parece un intercambio justo, yo no estoy sola y tu tienes un cuarto. Un día salí a caminar y regresé, la puerta estaba cerrada, decidí volver a la calle. Regresé unas horas después y la puerta estaba abierta. Entré y en la mesa estaba un tipo, me lo presentó, y después en español me dijo, él es uno de los dos que te había dicho. Perdona que cerrara el depto pero... bueno, tu entiendes. Me senté a la mesa y platicamos entre los tres de música, básicamente. Después de una hora me preguntaron si fumaba les dije que de vez en cuando. Entonces sacaron hachis, lo calentaron con el encendedor y liaron un tabaco. Fumamos hachis. Platicamos. Reimos y por unas horas parecía que la vida era un cosquilleo dentro del cuerpo y fuera de él. La vida era toda alegría. Hablamos de Chile y de como ella lo había pasado en ese país. Hablamos de la risa y de como la risa nos invadía el cuerpo. Como si el humo nos recorriera y cada parte que tocaba era transformada, llenandola de gritos, de risas pequeñas. Pasó el tiempo. Llegué al departamento y había una nota en la mesa. Hoy no vuelvo en la noche para dormir. Me voy con el otro. Solo reí y baje a comprarme unas cervezas.
Mis días pasaron y los días de ella comenzaron a torturarla. No puedo seguir así, el primero es una buena persona y no puedo continuar tratándolo de esa manera, le diré que me olvide, le diré que no quiero nada serio y que lo mejor es que se consiga alguien más. Yo estaba sorprendido porque todo lo estaba viviendo de una manera muy rápida. Me sorprendía que no se diera tiempo de acomodar sus sentimientos. O será que mi reloj sentimental tiene una etapa de delays fuera de lo normal. Como sea esa misma tarde me dijo que lo había hecho y que al primero lo había botado. Los días siguientes fueron pláticas eternas de su vida sentimental con el segundo, el perdido como ella lo llama. Me carga que me trate como una tonta entiendes. Como si no supiera que me usa de su puta. Pues te hubieses quedadon con el primero. Soy una tonta, se decía. Repetíamos la conversación y cada que llegabamos a este punto yo guardaba silencio y buscaba en internet canciones que describieran la situación y las ponía. Canciones como "amor traicionero", "la ingrata", "Pero te vas a arrepentir", "tu cárcel", "Estoy harto de verte con otros". Creo que lo hice porque en ella y en ese momento encontré algunos momentos que me han pasado con algunas mujeres y no fui capaz de reprocharselos.
Un día al regresar estaba de un humor que lo noté desde el saludo. El segundo me ha botado y el primero me dijo que no podía verme que estaba saliendo con otra. Y noté la desesperación en los pasos que daba en la cocina, en las cucharadas que daba para llevarse la comida a la boca, en la manera de liarse los cigarrillos. Creo que lo que te está pasando lo tienes más que merecido, era evidente que el perdido solo te quiere para fornicar y ya. ¿Pero qué quieres que haga?, me interrumpió, yo tenía pensado tener con un hijo con él, de hecho estaba embarazada pero aborté, por miedo, porque no estaba segura de que las cosas fueran a resultar, aborté y no le dije que había abortado, y cuando me decidí a confesarlo, todo se vino al traste, como si se hubiera cerrado el telón. Ahora nada resulta. Una semana antes de que llegaras pinté los espejos de negro. Estoy tan enojada conmigo que no soy capaz de verme en el espejo. No puedo aceptar las imágenes que me escupen los reflejos. Pero disculpa, me dijo, no tienes porque pasar por todo esto. No es tu problema. Sonreí y en broma le propuse unos tragos. Salimos por un refresco de cola y tomamos Ron. Entonces era mi turno y le conté de una que otra mujer que he encontrado en la vida. Le hablé de la más reciente, la del jardín. Llegué al punto de mi fiesta de despedida del trabajo y le conté lo que pasó. Y al final comentó: pero ¿Es qué no te importa saber el final de la historia? No ¿Para qué?, contesté, el final de la historia es que fuimos puntos tangenciales. Yo no busco que mi eje Y sea igual al eje Y de ella y que el X sea igual a nuestro tiempo, tu entiendes las estupideces cartesianas de la vida.
Días después estabamos en una pequeña sala, yo estaba preparandome para salir entonces ella se levantó y tomo un trapo lo humedeció y comenzó a quitar la pintura de los espejos y me dijo. La gente que viene se molesta y se compadece de mi porque tengo los espejos pintados. Me tratan como si fuera una tonta, como si dijeran pobrecita estupida y a mi me molesta eso, me molesta porque es como si esas personas no tuvieran problemas y no se enojaran con ellos mismos. Me parece que no son sinceros con ellos mismos. Yo no me quiero ver en el espejo que de malo tiene eso, estoy enojada conmigo misma y ya, reflexiona y dice, bueno ahora no tanto, creo que puedo soportarme y voy quitar la pintura. Pensé en lo que decía y me vinieron a la mente algunas otras fraces, otras maneras de estar enojados con uno mismo y de pintar el espejo: "Estoy en una etapa de autodestrucción, quiero fumar y tomar y drogarme y fornicar con el que me cuente el mejor chiste", "Me cambié de nombre, ahora me llamo Granizo", "¿Qué por qué me drogo? pues porque odio estar normal, no soy yo", "Pues en la máquina soy un super personaje, mira, soy un cabrón, aqui soy una mierda". Imaginé que todos los espejos deberían reflejar las arrugas que muestran ese estado de ánimo, o quizá lo hacen pero no somos capaces de darnos cuenta.
martes, 29 de diciembre de 2009
Recordando a Galeano
Una gota que cae en la mano que se agita en el aire que deja el tren que parte en la noche que apesta a hambre que sabe a comida de principiante que regresa a casa que fuma cigarros que compró en la república checa que se empaquetaron en estados unidos que cosecharon manos latinas que pagaron para cruzar la frontera que cuando duermen se preguntan como estarán sus hijos que no han visto desde hace 3 años.
lunes, 21 de diciembre de 2009
Un día en los Milenios
El día comienza a las 10 de la mañana. Estoy en la sala de un departamento. Cubierto con las mantas que cubren los sillones. Después de levantarme y desayunar me preparo para salir. Nos dividimos las maletas y nos hacemos a la calle. Llegamos al metro y la sensación de desaparecer entre la gente se esfuma porque no hay multitud. Hablamos de algunas cosas que pasan en México y algunas de las cosas que pasan en Uruguay. Por ejemplo que ha ganado el partido de la izquierda y que el nuevo presidente es José Mujica. Que en México han matado al jefe de jefes, Arturo Beltrán, y rio porque recuerdo la canción de los tigres del norte, que en dos y trecientos metros levanto las avionetas... pero el asunto es serio y las preguntas me asaltan ¿Qué hacen los de la marina en Cuernavaca? ¿Cómo afecta este tipo de enfrentamientos en el comportamiento que tomará el narco con la población civil? ¿El gobierno se ha puesto a pensar en esto antes de lanzar su campaña mediática en la lucha contra el narcotráfico? Y al mismo tiempo me pregunto ¿Qué cambios hará el presidente de izquierda en Uruguay? ¿Qué cambios necesita Uruguay? ¿Qué hubiese pasado si Obrador gana las elecciones? Y recuerdo que alguna vez me comentabas que estos problemas sociales son ajenos al Uruguay, narcotráfico si pero pues no es mucho no a la escala en la que se tiene en México o que se tuvo en Colombia. Estamos en Hotel de Ville bajamos en Bellecour para tomar la línea azul y llegar a Partdieu. La gente lleva invariablemente los mismos colores negro, gris, botas de 200 euros, falda corta, medias negras, saco de lana con cortes a la moda, el peinado hacia un lado, la cara fina, los modos y las miradas tan suavemente punzantes ¿Dónde diablos han aprendido eso? y depronto en ese mundo aparentemente perfecto, como una voz venida de lejos, como venida de la realidad, se escucha una mujer cantando y una niña haciendo una segunda voz, más tenue casi inaudible, lleva la cabeza cubierta y tienen una falda que le llega hasta los tobillos, una falda desgastada y la niña tiene un bote y haciendo esfuerzos para mantener el equilibrio se pasea por el vagón del metro pidiendo unos centavos de euro y la "gente" las observa como si fuesen animales exóticos, como si no pudieran dar crédito a lo que ven y nadie da un centavo. Bajamos del metro y nos encaminamos a la vía donde está el tren que debes tomar. Faltan cinco minutos para la hora de partida, la mayoría de la gente ya está dentro del tren. Acomodamos las cosas en el porta equipajes, se escucha el silbato del vigilante y bajo del vagón a brincos. En el pasillo me quedo viendo el punto de fuga de las vías y cables y comienzo a caminar. A lo lejos escucho un: Vlados... atenuado por la nieve, volteo y observo como agitas la mano a lo lejos. Vuelve a sonar el silbato, las puertas se cierran y el tren comienza a hacerse pequeño. Mientras, los copos de nieve caen en mi cara y llega a mi cabeza esta frase: supongo que he encontrado una amiga que jamás volveré a ver.
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Los zapatos del perro
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Colakvio
miércoles, 9 de diciembre de 2009
Stranger Ely Guerra
Un día estaba hablando de canciones con la chica del Rhône y me acordé de la Ely, la mencioné y recomendé una que otra canción. Después al regresar me puse a buscar algún disco de ella para descargar. Así que buscando en la net me encuentro con que ya sacó un nuevo disco y que está haciendo presentaciones y toda la onda. Bueno les dejo el video de Stranger me gusta la rolita y el video tiene buena foto.
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De bizcochos y extraterrestres,
Melomanias
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Colakvio
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