martes, 16 de septiembre de 2014

Una salsita para la noche

Hace mucho que la música latina comenzó a mover mis pies, sin embargo no he dedicado tiempo para lustrar y ponerle alas a esos zapatos que cuando son bien bailados dejan estelas de luz en la pista. En ocasiones el baile ha sido más que una válvula de escape. Y es que uno necesita crearse pretextos y compromisos para poder seguir moviéndose, cuando no se tiene si quiera ese gramo de fuerza de voluntad que podría ayudarnos a salir y enfrentarnos con el mundo. Así la salsa fue, y aún sigue siendo, en momentos, un pretexto que empuja a fuerza de congas, tambores, trompetas, pianos y demás instrumentos, a salir y enfrentarse con ese monstruo de desidia, o tristeza que nos invade. Y es que, cómo no te va a hacer dar zapatazos si hay músicos y cantantes que con su talento te meten sus ritmos, su música, su energía y uno siente ese cosquilleo en el pecho, en las manos, en las piernas, en los pies y poco a poco se va contagiando por todo el cuerpo hasta que es imposible, y de un arrebato nos resuena en la piel y se nos mueve el cuerpo.

Cuando dediqué mucho de mi tiempo a bajar todo lo que podía de Internet, comencé a almacenar latinJazz y salsa que no eran otra cosa sino una mezcla de ritmos viejos y vivos en toda la Latino-América y refinados en Estados Unidos en su mayoría por migrantes latinos que buscaban ese ritmo que les ayudara a sentir esa chispa de vida en su vida, salidos principalmente de ahí de Cuba, Puerto Rico, México, Colombia, Panamá. Y yo desde mi ordenador sin imaginar que sólo con volver hacia las mismas películas mexicanas que me gustaban, y que veía después de regresar de la secundaria, podía re-descubrir y ver claramente esa línea de entusiasmo con la que se iba desarrollando una música elaborada y compleja, llena de ese sonido pegajoso, llena de sonoridad y vibración, que se iba dando no en México sino en países cercanos a nosotros. Pero bueno dediqué algo de tiempo en juntar mucha música latina hasta que se quemó mi disco duro. De cualquier forma hubo restos de esa música, que ahora voy re-viviendo y que me van sonorizando, y le van dándole un poco de esa chispa de vida a mi vida, en este país tan impenetrable.

Ahora cada que podemos nos dejamos invadir por estas canciones y nos vamos de zapateo a un bar cercano; tomar unas cervezas y sudarlas bailando es estimulante. Aunque, seamos nosotros los latinos que vivimos aquí, los que bailamos como nos mueve la música, y no de una manera deslumbrante y perfecta.

 Dejo una canción de Tito Puente

Mi Chiquita Quiere Bembé by Tito Puente on Grooveshark


Y un Link para la un disco de la Fania

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