sábado, 24 de mayo de 2008

Paralelismos

Apareciste otra vez, ahora en el auditorio, buscabas a tu madre pero me encontraste a mí. Me preguntas si sé dónde está, lo niego, y me comentas que debes 200 pesos para tu vestido de flamenco. Te digo que no tengo el dinero pero si te urge puedo sacar del cajero, que eso no importa. Me dices que mejor vas a seguir buscando a tu madre. Te despides y te preparas para la presentación. Los talleres de bailables hacen cada fin de semestre una presentación de lo que estuvieron practicando todo ese periodo. Tu estuviste ensayando flamenco. En alguna ocasión cuando íbamos en el camión me comentaste que las manos en este bailable son importantes porque lucen mucho y que no está permitido adornarlas con pulseras. Al llegar y saludarme me fijo en ese detalle, en tu presentación me fijo en ese detalle y me pregunto si es posible que tu encantamiento tenga que ver con tus manos, con tus pies y tu actitud; es decir, con el flamenco. Siempre portas el orgullo como principal arma, y todo el mundo sabe que una mujer puede llegar a matarse sólo por orgullo. Luego está la fuerza en los pies, la rapidez de los movimientos, la coordinación entre la música y el zapateado, el vestido, el onduleo de la falda, las zapatillas, el porte, los gritos acompasados a la guitarra, el giro repentino de la cara, la expresión seria y melancólica de las notas en la voz, las cuerdas, el tamborileo, el maquillaje en los ojos, las pestañas y por último las manos, firmes, lucientes, adornadas con encaje al final de las mangas. Así tu, con tu paso enérgico y triste, con un porte sereno, con ciertas sombras en tus actitudes. Aprisionando esa energía que fluye en tu cuerpo en cada grito, en cada mirada. En la espera impaciente sueltas un alto, un hasta aquí, en el mismo momento en el que zapateas y giras la cara y la cadera evitando el evidente beso. Y te alejas con orgullo de haber dado el giro perfecto amén de tus expresiones, y de pronto el zapateado te acerca demasiado a mi corazón, lo hace temblar, sé que es un momento un instante y nunca más volverá a suceder, es ese brillo, los reflectores, el color rojo en el escenario, es tu risa o son las ganas que tengo de ti lo que hace que no deje de verte, lo que hace que mis ojos no dejen de ver como tratas de sacar esa idea, o ese sentimiento, con tu propio cuerpo, es tu mismo lenguaje, de pronto eres tú transparente, y tu cuerpo está tratando de hacer las cosas perfectas, pero lo único que se observa es un manojo de nervios controlados, metidos en un prisión en la que hay una revuelta, en la que el control está tomado, sabes que no escaparán pero no tienes orden ahí. Logras controlar todo sin ninguna mentira, con mucha verdad. Cuando termina la presentación todas las hormigas despejamos el auditorio y nos congregamos a fuera en espera de los actores de ese mini-teatro. Me gritas, haces señas con las manos y caminas hacia mí. Vienes tomada del brazo de un amigo, lo saludo, me abrazas y me saludas. Estas ansiosa porque esperas a que tu madre llegue, la buscas por todos lados y por fin la encuentras entre todo el hormigueo. Viene acompañada de un familiar. Nos introduces, él es como un padre y volteas a ver a tu amigo. Y él, es como… dudas un momento volteas a verme y salen las palabras inesperadas… "mi príncipe". Todos sonríen y no sé que pensar. Mi príncipe… resuenan las palabras en esta cabeza hueca. Tomamos fotos; tú con tu madre, con tu familiar, con tu amigo, conmigo. Al final caminamos hacia el automóvil y me dices que me dan aventón. Al despedirnos quedamos de vernos el viernes a la hora de la cena. Cruzo la calle tomo el camión y me pierdo en la noche.

3 comentarios:

  1. Este cuento está bien, de repente hay unos clichés, pero creo que se puede mejorar y quedaría un cuento muy chido.
    Y qué lástima lo del cine, que yo anduviera por aquí y tú por allá, ya será para la próxima, como dices.
    Un abrazo fuerte,
    Yan.

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  2. Ah, y el título sí es así o es Paralelismos?

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  3. gracias yan, ya checaremos después los detalles para afinarlo, vale. y si el título es paralelismos. creo que la película no te hubiera gustado asi que estuvo bien que no fuimos porque si no seguramente ya me estarías molestando con que últimamente me gusta cine chafa, que no es cierto.
    saludos

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