Definitivamente mi serie favorita
jueves, 25 de diciembre de 2008
martes, 23 de diciembre de 2008
Cronópios
Realmente no sabía que existieran los cronopios, los fama y los esperanza. Al principio pensé que era una onda intelectualoide, pero después comencé a leer algunos historias de cronópios y les fui tomando el gusto. Ahora se me hacen bastante interesantes porque tienen tintes cotidianos, sarcáticos, "filosóficos", evidentes, sencillos, inocentes, tienen algo que incitan a inventar tus propias historias cronopianas. En un post próximo pondré alguna historia de cronópios. Pero aquí les dejo uno de los que encrontré por internet se titula "Lo particular y lo universal" Sr. Cortazar me quito el sombrero...
Un cronopio iba a lavarse los dientes junto a su balcón, y poseído de una grandísima alegría al ver el sol de la mañana y las hermosas nubes que corrían por el cielo, apretó enormemente el tubo de pasta dentífrico y la pasta empezó a salir en una larga cinta rosa. Después de cubrir su cepillo con una verdadera montaña de pasta, el cronopio se encontró con que le sobraba todavía una cantidad, entonces empezó a sacudir el tubo en la ventana y los pedazos de pasta rosa caían por el balcón a la calle donde varios famas se habían reunido a comentar las novedades municipales. Los pedazos de pasta rosa caían sobre los sombreros de los famas, mientras arriba el cronopio cantaba y se frotaba los dientes lleno de contento. Los famas se indignaron ante esta increíble inconsciencia del cronopio, y decidieron nombrar una delegación para que lo imprecara inmediatamente, con lo cual la delegación formada por tres famas subió a la casa del cronopio y lo increpó, diciéndole así:
-Cronopio, has estropeado nuestros sombreros, por lo cual tendrás que pagar.
Y después, con mucha más fuerza:
-¡Cronopio, no deberías derrochar así la pasta dentífrico!
Un cronopio iba a lavarse los dientes junto a su balcón, y poseído de una grandísima alegría al ver el sol de la mañana y las hermosas nubes que corrían por el cielo, apretó enormemente el tubo de pasta dentífrico y la pasta empezó a salir en una larga cinta rosa. Después de cubrir su cepillo con una verdadera montaña de pasta, el cronopio se encontró con que le sobraba todavía una cantidad, entonces empezó a sacudir el tubo en la ventana y los pedazos de pasta rosa caían por el balcón a la calle donde varios famas se habían reunido a comentar las novedades municipales. Los pedazos de pasta rosa caían sobre los sombreros de los famas, mientras arriba el cronopio cantaba y se frotaba los dientes lleno de contento. Los famas se indignaron ante esta increíble inconsciencia del cronopio, y decidieron nombrar una delegación para que lo imprecara inmediatamente, con lo cual la delegación formada por tres famas subió a la casa del cronopio y lo increpó, diciéndole así:
-Cronopio, has estropeado nuestros sombreros, por lo cual tendrás que pagar.
Y después, con mucha más fuerza:
-¡Cronopio, no deberías derrochar así la pasta dentífrico!
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Colakvio
domingo, 21 de diciembre de 2008
Down by law
Bueno hace tiempo vi la película de "death men" y si no mal recuerdo puse un post de la película. Hace unas semanas la Jan me acompañó a comprar películas. Bueno el punto es que me recomendó la de "Down by law" me dijo que era de jarmush, y entonces que me acuerdo, extraños en el paraiso, hombre muerto, mmm... si suena bien. Total que la compré, y, si, me gustó. Aquí les dejo el trailer.
sábado, 20 de diciembre de 2008
miércoles, 17 de diciembre de 2008
De algún ejano rincón
¿Cómo estas? va diciendo en voz alta un sr. de cabello verdoso al que todo el mundo conoce como el confitón, mientras sube las escaleras del edificio 0x01 Esa pregunta le sonó austera, sencilla, pensaba como demonios había gente que siempre tiene el comentario adecuado, certero. Al mismo tiempo se preguntaba ¿Cuál es el comentario correcto? ¿Es simplemente intentar conversar? Tenía una cita en el piso 0x0C con una mujer que tenía tiempo que no veía. Recordaba con un vaho de tristeza los días en los que perdió toda esperanza de hacer algo con ella. Todo el tiempo trataba de convencerse que fue el destino lo que hizo que no estuvieran juntos. Sus ojos expresaban el temor que le oprimía el pecho, el temor de no aprovechar quizá su última oportunidad. ¿Cómo comenzar la conversación? Toda la tarde se había pasado imaginando escenarios. Me va a abrir la puerta, y sus ojos directo a mis ojos, como la primera vez que entró a su casa, entonces trataremos de reconocernos, trataremos de encontrar ese algo que justifique nuestra emoción y nuestro encuentro, pero, si no pasa eso, si nos vemos y de pronto el momento me hace verla de otra manera, no de la forma en que quiero verla. Como si de pronto la viera con un vestido teñido de comentarios falsos. ¿Qué, y si de pronto el silencio tan inestable nos incomoda? Porque no todos los silencios son siempre buenos, hay que saber hacer el silencio. Estaba seguro que por más que la gente hablara y la devorara, ella no era culpable de nada. ¿Cómo podía serlo? acaso uno es culpable de nacer tal día, en tal familia, con tal enfermedad, con tal demencia, con tales preferencias, con tales lujos. La cara grasienta con aspecto mohoso, se contrae con los pasos que va dando, mientras llegan a su mente imágenes secuenciales y aleatorias del momento en el que el padre de ella la golpeaba, no más por puro gusto dijo ella tiempo después cuando le contó “todo”. Él en el departamento de al lado, escuchando el grito ahogado y el alboroto de los muebles. Se sentía impotente, tantas veces se había sentido así, salió del cuarto, tocó con fuerza la puerta, pero no hubo respuesta. Sin saber lo que hizo, de pronto estaba encima del padre golpeándolo con saña, volteo la mirada y ahí estaba ella con dos perlas bajo sus inmensos ojos negros y amoratados. Llego a la puerta, dio tres toquidos suaves y esperó sintiendo el corazón latir, ella abrió la puerta, sonrió y dijo: ¡Qué bueno que viniste, ya te esperaba! Entonces atinó a decir ¿Cómo estás?
sábado, 13 de diciembre de 2008
Las idas y venidas
Hoy comencé la migración de datos de una de mis compus viejas a un disco externo que recientemente compré, esos discos no tinen abuela por cierto. Mientras copiaba la información, la computadora hizo un error, unos de los discos duro dejo de funcionar, es como la escena típica en la que estas deseando que todo salga bien y pum, el temor de que algo pase se vuelve realidad. Después de eso, la computadora ya no arrancó. decía que no tenía una unidad booteable. Entonces saqué el disco Live Ubuntu. cargó el sistema operativo. Busqué las unidades lógicas y traté de montarlas. No me dejó porque según esto hubo un error en la escritura en la etiqueta del disco mientras se hacía el proceso de shutdown. En las sugerencias dice que corra el comando mount -t ntfs-3g... pero que si lo corría era bajo mi propia responsabilidad de perder la información. Con estas advertencias, no me atreví a correr el comando. Además de que no me iba a dejar porque no tengo acceso a una terminal cuando se está en live. Así que bueno tuve que prefuntarle a Don Google y a Doña Wikipedia. Terminaron por decirme que hay una aplicación que te ayuda a recuperar un ntfs dañado en distintos OS. La aplicación es TestDisk. Estoy terminando de formatear la máquina y tan pronto como termine le voy correr está aplicación. Hace como una semana estaba revisando mis notas de Solaris porque necesitaba hacer un script para la instalación de unos paquetes. En las notas encontré que los File systems Unix o mejor conocidos como UFS tienen del byte 16 al 31 su configuración de arranque, y, del 32 al 47 un backup de esa configuración de arranque. Explicaban que si a la hora de montar un volumen no se podía entonces que lo intentaras desde el byte 32. Estoy pensando que algo similar deben tener estos file systems, ntfs, deben de tener un sector de backup de arranque. Mientras estaba haciendo estas especulaciones , creo que lo dije hace un momento, terminé de reinstalar la máquina. Acabo de entrar y las unidades del disco estan montadas y ya las pude accesar. Conclusión hagan un correcto shutdown a su computadora.
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lunes, 8 de diciembre de 2008
Jazz equation
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Colakvio
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